Tuesday, August 5, 2008

Access Points para redes IP/WiFi

August 14, 2008.

Cisco Aironet 1130AG/1240AG Series Access Points .

Overview

To give your employees the most complete wireless coverage, you need to install access points throughout your office or warehouse.

Cisco Aironet 1130AG Series and Cisco Aironet 1240AG Series Access Points provide the security, performance, and mobility services you need.


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Highlights

Cisco Aironet 1130AG/1240AG Series Access Points support:

  • Widespread coverage: Cisco radios and antennas are designed to provide the most reliable coverage possible.
  • Performance: High capacity, dual radios provide flexibility, capacity and performance to support a wide range of mobility applications such as guest access and voice over wireless LAN.
  • Security: Cisco access points (APs) are known for their award-winning implementation of standards-based and advanced security options.
  • Scalability: APs can work on their own for basic coverage and mobility services or with Cisco wireless LAN controllers for more advanced applications and centralized management of multiple access points.
  • Flexibility: Cisco 1130AG APs are designed for carpeted offices, while the more rugged 1240AG series APs are the best choice for factories, warehouses and retail environments.

Give your employees and visitors the secure wireless access they want with a minimum amount of capital investment, and then protect that investment as your needs change.




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Sunday, August 3, 2008

Oportunidades de Negocio. MapFront

Julio 23 2008
I-Biz
Cybercampesinos
Revista América Economía.


Mapa con atributos GIS. Colombia

La primera semana de octubre de 2007, en Manfredi, un poblado de la pampa argentina a menos de 80 kilómetros de la ciudad de Córdoba, un puñado de productores agropecuarios estaban extasiados con lo que veían. Un tractor tiraba una sembradora que distribuía semillas de maíz y fertilizantes según los planes cargados en la computadora de a bordo. El maquinista no conducía. Observaba el proceso parado fuera de la cabina sólo por seguridad. El trabajo estaba a cargo del piloto automático. Desde los bordes del predio, los técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) hacían lo propio mediante una computadora conectada por internet inalámbrica. Símbolo de los tiempos, otro recibía la información en el celular.

El evento pudo haber sido experimental, pero, para sorpresa de muchos, sólo era una muestra más de la incorporación de electrónica, informática y comunicaciones al campo, que está transformando siembras y cosechas en procesos robotizados que dan envidia a más de un industrial citadino.

"Hoy la tecnología permite eliminar casi todas las ineficiencias y se ha transformado en un camino sin retorno", asegura el argentino Mario Bragachini, conductor del experimento y coordinador del programa de agricultura y máquinas precisas del INTA. "El rendimiento dependerá del caso, pero en un agro competitivo, no subsidiado; dado el costo del suelo, una mejora del 5% puede significar mantenerse en el juego o quedar fuera de él", enfatiza, por si quedan dudas en el entorno de negocios gauchesco.

En ese marco, la pampa atestigua al sur del Río Bravo la mayor adopción de la denominada agricultura de precisión, ciberagriculura, o e-agricultura, llegando a cubrir el 25% de su superficie sembrada y el 14% de las cosechadoras, y superando a competidores como Australia. Y si bien la conjunción de equipamientos como el exhibido en Manfredi aún es privativa de productores o contratistas de vanguardia y escala, un abanico creciente de dispositivos permite corregir la producción campaña tras campaña.

¿Lo básico? Los contadores de lo recolectado por las cosechadoras, unidos a la información de GPS, permiten elaborar mapas de rendimiento que, contrastados con muestreos de suelo, permiten ejecutar correcciones, como ahorrar fertilizantes o agregar donde sean más aprovechables. Sembradoras o pulverizadoras de herbicidas y fertilizantes premunidas de receptores satelitales y aplicadores variables hacen del seguimiento del mapeo algo tan ajustado como el disparo de un misil. En la otra punta, lectores de proteínas y humedad permiten el acopio diferenciado o suspender una cosecha hasta un mejor momento, y obtener un precio 10% o 15% mayor, gracias a una mejor calidad.

¿Lo último? Tecnología propia de la minería, como los georradares, para hacer un mapa del subsuelo sin palas en mano; lectores de clorofila o de masa verde para dosificar agroquímicos justo sobre el blanco; torres de control para guiar una docena de vehículos marchando simultáneamente con piloto automático, amén de equipos de seguimiento remoto de faena por internet a kilómetros del lugar.

Los argentinos son líderes, pero no los únicos. Hasta hace poco, en Brasil menos de 1% de las cosechadoras estaban equipadas con los elementos básicos. Pero superada la crisis climática de campañas pasadas, los productores de granos prometen avanzar a paso redoblado. Tampoco gigantes como el complejo azúcar-etanol podían quedar fuera. Junto a distintos centros de investigación, como Unicamp, comenzaron en 2007 con sus primeros ensayos. Incluso otros de no tanta escala, como la Compañía Azucarera de Salvador, comenzaron a hacer sus primeras armas en el asunto.

A mano también vale

Incluso los cultivos perennes se han subido a la ola de precisión. De eso pueden dar fe en Chile, líder en ese tipo de cultivos, con 60% de los viñedos de exportación bajo sistemas de precisión. "Sólo que en vez de rendimientos, el objetivo es la calidad del vino producto del viñedo y el menú tecnológico es distinto por ser cosechas que se hacen a mano", comenta Stanley Best, investigador del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) de ese país.

Mediante fotografías espectrales cuyo costo oscila entre US$ 5 y US$ 8 por hectárea, los viñateros identifican zonas de desarrollo vegetal homogéneo dentro de cada finca. Cada una forma un terroir digital que recibirá su propia estrategia de riego, fertilización y cosecha. Envalentonados por la caída de los costos en los dispositivos electrónicos, en algunos casos también aplican sensores remotos para monitorear clima y suelo, u otros portátiles, como pistolas que, emisión de energía mediante, miden la composición molecular del fruto para determinar su calidad.

Parafernalia en mano, no les está yendo nada mal "En las fincas más pequeñas hemos observado mejoras de rentabilidad del 100%. En las mayores, que ya estaban más avanzadas, oscilan en torno al 20%", asegura Stanley Best.

El principio podría ser válido para frutales y otros cultivos de peso, como el del café. Pero pese a los casos de éxito, la expansión de la tecnología enfrenta sus obstáculos. Por un lado, según los especialistas, el equipamiento, existe, pero aplicarla requiere adaptación. Hay que desarrollar los algoritmos apropiados para las producciones locales, además de bases de datos capaces de integrar fuentes variadas. Si se trabaja con redes de sensores, el problema se complica más. Son fuente de información a tiempo completo, se rompen, se quedan sin baterías y dan error, dicen los investigadores.

Y por otro lado, hay razones estructurales. "El sector cafetero es tradicionalmente conservador; durante los últimos cuatro años vivió problemas financieros amén de ser estructuralmente minifundista", ejemplifica Juan Carlos Hidalgo, director ejecutivo de la Asociación de Agricultura de Precisión de El Salvador. Por eso, muchos prestadores apuestan a un paraguas institucional que brinde, además de un empujón, una escala viable para la adopción tecnológica.

Al menos ésa fue la estrategia del programa E-farms de la brasileña Universidad de Campinas. Se asoció a Cooxupé, la mayor cooperativa cafetera del mundo, donde el 98% de sus socios son minifundistas tan pequeños "que una imagen satelital no sirve para analizar cada hacienda por separado", dice Claudia Bauzar Madeiros, coordinadora del programa.

Para solucionar ese problema, el programa extenderá una red de sensores que trasmitirán sobre redes WiFi unidas por una red mayor bajo el estándar WiMax "para reducir costos", amén de poder brindar servicios como acceso a internet a socios y escuelas de la zona. Desde el punto de vista productivo, la red permitirá la interacción entre productores para la alerta temprana de incidentes como heladas. "Pero la recolección de datos sólo tiene sentido con la cooperativa atrás", subraya Madeiros. "Es la cooperativa la que cuenta con los expertos para diagnosticar sobre los datos y asesorar al productor", explica.

Y el punto no es menor. "En agricultura de precisión, la clave es la información con que se cuenta para decidir", coincide Bragachini. "Quien no la sepa interpretar habrá hecho un gasto y no una inversión", advierte.


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